¡¡¡Que calooorrr!!!

Hoy hace mucho calor por mis pagos, con mi hija cerramos todas las ventanas de la casa para tratar de evitar que entre el aire caliente pero se siente igual.
Esta sensación me hace acordar cuando llegué a la ciudad de Leticia, Colombia. Era el mes de Febrero si mal no recuerdo, llegamos en avión ya que es el único medio de transporte que llega desde la capital, Bogotá.
Mientras llegabamos se veía a través de la ventanilla una alfombra verde y un hilito de agua que se fue agrandando mientras el avión bajaba. La sensación es que va a aterrizar en el agua, ni señales de la pista de aterrizaje... pero claro que la hay, de golpe y sin aviso cuando vos estás esperando el chapuzón a 250km por hora a un costado, en la tupida selva amazónica aparece un pequeño claro... SORPRESAAAA!!! Es la pequeña e insignificante pista donde se supone tiene que aterrizar un Boing737. Más vértigo, ahora parecía que ibamos a chocar contra una pared de árboles... Pero no, todo salió bien, el piloto encendió las turbinas al revés y el avión logró frenar en el lugar justo. Ufff, igual te queda el cuore dando saltos.
Pero esperen a que les cuente lo que fue salir del avión!!!! En cuanto pasé por la puerta sentí que me quedaba sin aire, inspiraba profundamente y nada, era tan denso el aire, tan caliente que parecía que te ibas a ahogar. Esa fue la primera vez que sentí un calor abrasador.
Espero poder escribir pronto y contarles las cosas que pasaron por esa zona de mi querida Latinoamérica