En el puerto de Manaos había un mercado de todo lo que se te pueda ocurrir, frutas que nunca había visto en mi vida, ni siquiera escuchar su nombre y claro que no puedo recordar. Sólo una verdura que me gustó mucho por lo práctica de cocinar y rica.
Nosotros en Argentina las llamamos chauchas pero son diferentes, las nuestras son cortas y anchas con semillas grandes y allá se llaman vainitas miden como 60 cm y son finitas, no tienen el famoso y tedioso hilito que hay que sacarle a las chauchas y son mucho más tiernas y sabrosas. Desde que las conocí no volví a comer chauchas. Si quieren saber más acerca de las chauchas sus variedades y características es buena para eso la página del mercado central de la República Argentina.
Bueno, la papa no se consigue en la zona pero sí la mandioca, que en casi toda Latinoamérica llaman yuca.
Libertad
jueves, 6 de diciembre de 2007
Yuca, Guaraná, Plátano, comida de Dioses
Mamíferos marinos del Amazonas
Que se alimenta de plantas, eso para mí era de una gran importancia que hacía que respetara a este animalito mucho más,
hacía unos meses era vegetariana y practicante activa de yoga, cosas que uno aprende durante la vida y después olvida...
También vi nadando al lado del barco cuando estábamos llegando a cualquiera de los puertos un grupo de delfines, sí señor/a, eran delfines y viven en agua dulce, son más chicos que sus primos del océano pero son iguales de simpáticos y dulces. Y si no me creen acá va un par de fotos...
Publicado por Teresa Balta a las 2:40 1 comentarios
Etiquetas: amazonas, delfines, impenetrable, mamíferos, manatí
miércoles, 5 de diciembre de 2007
De Tabatinga a Manaos, El primer viaje en barco
El viaje de Tabatinga hasta Manaos tuvo 2 escalas, primero una lancha que durante 3 horas nos llevó a mis amigos y a mi a un puerto más profundo desde donde salía el barco hacia Manaos.Encontré una foto de una lancha igual a la que yo subí en 1984.
Bueno, sigo con lo mío. El barco que nos llevó hasta Manaos era de 2 pisos, tenía 4 camarotes y el resto era un playón donde se podía colgar la hamaca para poder dormir durante los 3 días que duró el viaje.
En el piso superior estaba el puente de mando, o algo así imagino que se llama donde está el capitán guiando el barco, y una terraza con sillas y mesas para los que viajaban en primera, los del camarote, se entiende, nosotros que íbamos como turistas no teníamos acceso a ese sector del barco.
Ustedes pensarán que nos comieron los mosquitos y demás insectos que viven en la zona, pero no, con la velocidad del barco hasta el calor se hacía tolerable, el único problema era el agua, había muchas personas en el barco y los tanques de agua se vaciaron a la tarde del primer día, lo terrible fue que los volvieron a llenar con agua del río... Cuando llenabas un vaso, el color era marrón, era agua con tierra. La solución que encontramos fue tomar mate, el mate filtraba el agua y además nos brindaba minerales que se perdían con la traspiración, o sea, nos manteníamos bien hidratados.No olviden hacer preguntas o comentarios así me ayudan a recordar.
Publicado por Teresa Balta a las 1:19 0 comentarios
Etiquetas: agua limpia, barco, brasil, manaos, mate, tabatinga
sábado, 1 de diciembre de 2007
Un video del Amazonas
Este es un video actual de la región de la selva Amazónica que visité en la década del 80. Las imágenes ayudan a hacer una imágen de mi relato anterior.
Espero que les guste este video.
Pronto continuaré contándoles mi viaje, la aventura de mi vida.
Buscando un hostal
Leticia es una ciudad chiquita, parece de juguete, está la placita con árboles y el pasto bien cortado, las calles asfaltadas, las casas con jardín al frente, autos último modelo, todo bonito. Claro que también todo caro y mis recursos eran escasos así que tuve que cruzar la frontera hacia Brasil, a la ciudad de Tabatinga, ya que para cruzar a Perú había que cruzar el río Amazonas en lancha.
El contraste fue grandísimo, de un pueblo pequeño y rico pasé a otro populoso y pobre, nada de asfalto, casas de madera, autos y camionetas viejas y oxidadas, bueno, todo más real, más humilde, ya volvías a estar en un pueblo de latinoamérica porque en Leticia parecía que estabas en Europa o Estados Unidos.
Allí sí había lugar donde quedarse, sin correr el riesgo de quedarme sin dinero. Claro que el calor era terrible y de aire acondicionado ni hablemos.
El hostal donde paré con mis amigos era una casa grande toda de tablones de madera, estaba construida sobre unos pilares para separarla del piso húmedo, no demasiado, sólo un par de escalones pero eso era suficiente, tenía un comedor donde servían la comida, frijoles negros con arroz, estaba administrado por la dueña de casa que organizaba todo, en el patio central había un enorme tanque de agua donde te podías bañar, también había una jaula con la mascota de la familia, una serpiente anaconda, la responsabilidad de alimentarla era del hijo de la dueña; me contó que tenía que cazar ratones vivos porque si estaban muertos no los comía.
Una noche este simpático muchacho no tuvo mejor idea que traer su mascota a la hora de la cena para que todos pudiéramos apreciar su piel... y cuando pasó por detrás de mí la apoyó sobre mis hombros... Del salto casi quedo prendida en el techo como el gato Tom de los dibujitos animados...
Pero dejando de lado ese susto todos pasamos unos días hermosos, eso sí, mucho calor.
De día había que mantenerse a la sombra, el sol quemaba muchísimo, pero mojándose seguido se soportaba, además llovía torrencialmente por unos 15 minutos todos los días.
Cosa que anegaba las calles de tierra así que un camión con una aplanadora con unos cubos en el rodillo pasaba por las calles para evitar los pozos.
De noche, nos peleábamos por el ventilador, si dejaba de darte el aire te empapabas en el acto, lo digo enserio, hasta la ropa se mojaba de tanto que se traspiraba...
Bueno, creo que me salió muy largo, nos vemos pronto.Un beso a todos y no se olviden de hacer algún comentario o alguna pregunta.
Publicado por Teresa Balta a las 15:41 0 comentarios
Etiquetas: amazonas, anaconda, brasil, frijoles negros, hostal, latinoamérica